(Mongabay Latam / Antonio José Paz Cardona).- Muchos de los conflictos armados en el mundo ocurren y han ocurrido en zonas altamente biodiversas. En 2009, un estudio publicado en la revista Conservation Biology encontró que más del 80 % de los conflictos recientes han tenido lugar en puntos calientes o hotspots de biodiversidad. Sin embargo, los impactos de la guerra sobre la flora y fauna han sido muy poco estudiados.

Colombia es uno de esos países donde confluyen distintos conflictos armados en medio de un territorio considerado megadiverso. Un nuevo estudio, publicado en la revista Biological Conservation, titulado Emerging evidence that armed conflict and coca cultivation influence deforestation patterns (Nueva evidencia de que el conflicto armado y los cultivos de coca influyen en los patrones de deforestación) analiza por primera vez la relación que ha tenido la guerra interna del país, entre 2000 y 2015, con la deforestación. Así mismo, involucra otras 17 variables de análisis entre las que se encuentra, por ejemplo, la distribución de los cultivos de coca.

Una de las principales conclusiones es que la deforestación, en el periodo de tiempo estudiado, se asoció positivamente con la intensidad del conflicto armado y la proximidad a las plantaciones ilegales de coca, principalmente en la Amazonía colombiana. También se identificó que la proximidad a concesiones mineras, pozos petroleros y la red de carreteras se asocian con una mayor deforestación en el país.

Lee más | Chile: la ejemplar historia de los pescadores de Juan Fernández por la conservación de su mar

Los efectos de la guerra

“Se ha especulado que hay una relación entre el conflicto armado y la deforestación pero no se había analizado estadísticamente. Mostramos que a mayor conflicto armado, mayor es la deforestación. Adicionalmente, analizamos los cultivos de coca, algo que ya se había hecho antes, la investigadora Liliana Dávalos ha trabajado mucho con ese tema”, le dice a Mongabay Latam Pablo José Negret, biólogo colombiano, investigador de la universidad de Queensland en Australia y autor principal del artículo.

Negret y otros investigadores de Queensland y de organizaciones como WCS, WWF, The Nature Conservancy y el Instituto Humboldt en Colombia, no centraron sus esfuerzos  en categorizar cuál de las 17 variables era la que más influía en la deforestación del país sino que se enfocaron en determinar la relación entre las variables y los patrones de deforestación.

Las variables utilizadas en el estudio fueron: elevación, inclinación del territorio, región biótica, erosión del suelo, departamentos, población, distancia al área previamente deforestada más cercana, distancia al río navegable más cercano, distancia a la vía pavimentada más cercana, distancia a la trocha más cercana, parques nacionales, reservas indígenas, tierras colectivas de comunidades afrocolombianas, distancia a la plantación de coca más cercana, distancia a la concesión minera más cercana, distancia al pozo petrolero explotado más cercano e intensidad del conflicto armado.

Estos mapas muestran las zonas con mayor deforestación (más pérdida de bosque a medida que se pasa de verde a rojo). Con todas las varibales (superior izquierda), solo conflicto armado (superior derecha), solo cultivos de coca (inferior izquierda), cultivos de coca y conflicto armado (inferior derecha). Elaboración: Pablo Negret.

“Por ejemplo, encontramos que áreas boscosas a menos de 10 km de distancia de cultivos ilícitos tienen una mayor probabilidad de ser deforestadas que aquellas que están más alejadas. Así mismo, bosques que están a menos de 50 km de una carretera tienen mayor probabilidad de ser deforestados”, dice Negret.

El estudio concluye que si se toman en cuenta las 17 variables del modelo, la deforestación se concentra sobre todo en el piedemonte amazónico y en la cordillera de los Andes, pero cuando se observa solamente la presión ejercida por el conflicto armado y los cultivos de coca, las zonas más críticas se presentan en la Amazonía y en algunas regiones del Chocó biogeográfico. “Esto tiene sentido porque la coca es un cultivo ilegal y por lo tanto se buscan zonas de difícil acceso para su plantación, pero esto termina afectando bosque primario muy bien conservado”, resalta el investigador.

Así se ve la Amazonía colombiana luego de prender fuego a lo deforestado. Foto: Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS).

Para la profesora Martine Maron, de la universidad de Queensland y quien también participó en el estudio, la relación entre conflicto y deforestación está lejos de ser simple. «Muchos factores interactúan para aumentar o disminuir el riesgo de deforestación, pero la gobernanza estable puede contribuir positivamente a la retención forestal», asegura.

Los autores esperan que este estudio ayude a generar acciones más eficientes y pertinentes para salvar los bosques que presentan un mayor riesgo de desaparecer a corto y mediano plazo en el país.

*Imagen principal: Quemas y vías en medio de la Amazonía. Foto: Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS).

La versión completa de este reportaje fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.

Si quieres conocer más sobre la situación ambiental en la Amazonía, puedes revisar nuestra colección de artículos. Y si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí o seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

OTRAS HISTORIAS DE MONGABAY LATAM QUE TE PUEDEN INTERESAR:

Chile: la ejemplar historia de los pescadores de Juan Fernández por la conservación de su mar. En el archipiélago Juan Fernández, los propios pescadores han decidido la manera de extraer langostas, sus tallas mínimas, vedas y restricciones. Así han logrado no solo proteger su forma de vida y el emblemático recurso, sino uno de los laboratorios naturales más prístinos del país. Lee la historia aquí.

James Aparicio: “En el área donde hubo fuego todos los anfibios y reptiles han muerto”. Una lagartija que habita a más de 5100 metros de altura es una de las 17 nuevas especies que el biólogo y herpetólogo boliviano James Aparicio ha descubierto. Asegura que los incendios forestales en Bolivia han acabado con gran cantidad de reptiles y anfibios. “La biodiversidad ahí ha muerto”. Lee la historia aquí.

¿Por qué los murciélagos necesitan ser conservados? Latinoamérica alberga 380 especies de murciélagos y 76 de ellas están amenazadas, a pesar de que son fundamentales para la humanidad y la naturaleza. Destrucción de hábitats y conflictos con el hombre son algunos de los peligros que enfrentan. Lee la historia aquí.