(Mongabay Latam).- La presencia del yaguarundi (Puma yagouaroundi), en el norte peruano probablemente, era muy común hace cinco mil años. El arqueólogo Ignacio Alva señala que los bosques de Batán Grande posiblemente se extendían por todo el valle de Lambayeque, por tanto, había más lagunas, pantanos y albuferas cerca del mar. “Los bosques de algarrobo eran extensos, se extendían entre los valles. Donde ahora hay desierto, todo era bosque”.

Los restos óseos de esta especie encontrados en el Complejo Arqueológico de Ventarrón, en la provincia de Ferreñafe, en Lambayeque, demuestran que habitó en estos bosques. Y una investigación con cámaras trampa realizada por primera vez en el Refugio de Vida Silvestre de Laquipampa (RVSL) ha demostrado que este felino milenario aún habita en la región Lambayeque.

Después de meses de visualización del material registrado, los expertos de la Organización para la Conservación del Oso de Anteojos (SBC por sus siglas en inglés), responsable del monitoreo en esta zona protegida, se sorprendieron con las imágenes registradas en fotos y video. En ellas aparecen especies que, hasta el momento de hacer el estudio, no se habían visto en el lugar.

Especies únicas de Laquipampa

Además del yaguarundí, especies como el majaz (Cuniculus paca) y el tigrillo (Leopardus tigrinus), también se han observado en esta área protegida, comenta Joel Córdova, jefe del Refugio de Vida Silvestre de Laquipampa.

Para el primer monitoreo en Laquipamapa se colocaron 60 cámaras trampa, en 30 puntos definidos por los especialistas de SBC Perú, que cubrieron las más de 8000 hectáreas de extensión del refugio de vida silvestre que se extiende desde el río La Leche, a 200 metros de altura hasta los 2500 metros sobre el nivel del mar, con una cobertura vegetal que incluye bosques secos y húmedos.

Oso de anteojos en Laquipamapa. Foto: SBC Perú.

Los equipos registraron, además, a la pava aliblanca (Penelope albipennis) y al oso de anteojos (Tremarctos ornatus) —también conocido como oso andino—, dos especies emblemáticas en el área natural protegida. La primera, un ave endémica de los bosques secos del norte de Perú, considerada En Peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). El segundo, la única especie de oso que habita en América, categorizada como Vulnerable (VU) por la UICN.

Las imágenes también muestran ardillas, conejos, gatos monteses, pumas, sajinos, tayras, zarigüellas, zorros, entre otros. Alrededor de 20 especies que habitan en este refugio de vida silvestre se pueden ver en fotos y video.

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Los osos de anteojos en Laquipampa 

Las cámaras trampa ubicadas en Laquipampa tuvieron como primer objetivo seguirle la pista a los osos de anteojos que habitan en los bosques secos de Batán Grande y que, desde hace diez años, son monitoreados por SBC Perú.

Renzo Piana, director de Ciencia y Conservación de la entidad, destaca la importancia de esta área reservada para la conservación del oso de anteojos en los bosques secos de Perú. “Identificamos 22 individuos que habitan en el refugio y a ninguno de ellos lo habíamos visto antes en Batán Grande. No sabíamos que había tantos en esa área protegida”, comenta el científico.

Para Piana, el refugio de vida silvestre también es un espacio que cumple una función de conectividad entre las zonas bajas y altas de la cuenca del río La Leche, prioritarias para la conservación del oso de anteojos.

Tras la experiencia de Laquipampa se colocaron 120 equipos de monitoreo en el Refugio de Vida Silvestre Bosques Nublados de Udima, en Cajamarca, con el fin de conocer si en esa zona también habitan osos andinos.

José Vallejos, investigador biológico y de relaciones comunitarias de SBC Perú, lleva diez años detrás de las cámaras trampa. Ha sido el responsable de instalar los equipos en Udima, en un trabajo conjunto con los guardaparques de la zona reservada. Pero también ha hecho un trabajo de monitoreo en los bosques del distrito de Salas, donde los comuneros proponen la creación de un área de conservación privada. “En las imágenes que recogimos en Salas descubrimos osos que también fueron registrados en Laquipampa. Hay conectividad entre estos dos lugares”.

La pava aliblanca, una especie en peligro de extinción, también forma parte de la biodiversidad de Laquipampa. Foto: SBC Perú.

Estos animales tienen una particularidad por la que pueden ser reconocidos de manera individual. Se trata de la mancha blanca en su cara, que es única para cada uno de ellos.

La Comunidad Campesina de Salas está trabajando con investigadores del Jardín Botánico de Kew, del Reino Unido, para concluir el expediente que les permita consolidar la propuesta del área de conservación privada, con una extensión aproximada de 8000 hectáreas.

El artículo original fue publicado en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.

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