(Mongabay Latam / Antonio José Paz Cardona).- La deforestación en la Amazonía norte de Colombia no deja de ser una preocupación. El último boletín de alertas tempranas de deforestación del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) dejó claro que el principal núcleo se encuentra en el occidente del departamento de Caquetá, en inmediaciones de los ríos Yarí, Caguán y Quemaní afectando, incluso, al Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete.
La preocupación es tal que en abril de este año el Gobierno adelantó un operativo donde se recuperaron 120 hectáreas de esta área protegida y se capturaron a 10 personas —aunque posteriormente fueron dejadas en libertad—. Días después, el presidente Iván Duque anunció el lanzamiento de la Operación Artemisa para frenar lo que definió como “la hemorragia deforestadora de los últimos años”, recuperar la selva húmeda tropical y judicializar a quienes están detrás de la cultura deforestadora. Artemisa se concentraría inicialmente en el Parque Chiribiquete y el Área de Manejo Especial de la Macarena (AMEM), donde se encuentran otros tres parques afectados por la deforestación: Picachos, Macarena y Tinigua.
A esta gran preocupación se suma el último reporte del Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP), una iniciativa de la organización Conservación Amazónica (ACCA), que acaba de publicar el análisis ‘La deforestación continúa en la Amazonía Colombiana (2019)’. En este nuevo reporte se indica una pérdida de bosque en la región amazónica colombiana de 56 300 hectáreas en los primeros cinco meses de este año y, además, se revela una pérdida de 2200 hectáreas al interior del Chiribiquete desde su ampliación en julio de 2018.
Lee más | Tres apuestas en Latinoamérica para mejorar gestión en áreas naturales protegidas
Poco a poco van entrando al Chiribiquete
Una de las cifras más alarmantes del reporte es que el parque Chiribiquete ha perdido más de 2000 hectáreas en menos de un año, desde que el expresidente Juan Manuel Santos anunciara su ampliación en 1,4 millones de hectáreas. Para hacer este cálculo MAAP utilizó las alertas tempranas GLAD, basadas en imágenes Landsat de 30 m de resolución, que son producidas por la Universidad de Maryland y presentadas por Global Forest Watch.
El reporte muestra que los puntos calientes de deforestación están concentrados en el noroeste de la Amazonía colombiana, alrededor de los Parques Nacionales Chiribiquete, Tinigua y Macarena, y la Reserva Nacional Nukak. Las principales causas de esta pérdida de bosque son “la conversión a pastos para el acaparamiento de tierras y la ganadería”, según indica el informe.
La situación es más preocupante para el país cuando se comparan los datos de deforestación de Colombia con los de otros países que también comparten el bioma amazónico. “La mayor concentración de pérdida de bosque del 2018 de toda la región amazónica occidental se encuentra ubicada en el noroeste de la Amazonía colombiana”, le dice Matt Finer, director de MAAP, a Mongabay Latam. Su afirmación se sustenta en otro reporte previo donde muestran el panorama de deforestación de la Amazonía occidental desde una perspectiva regional.
Los análisis del nuevo reporte para Colombia se concentran en dos puntos críticos. El primero se ubica en los llanos del Yarí, en el Chiribiquete occidental. Imágenes satelitales que comparan la zona en febrero de 2018 con mayo de 2019 muestran cómo han aumentado los parches de selva talada. Solo en esta zona se estima una pérdida de bosque de 555 hectáreas, entre julio del año pasado y mayo de este año.
El IDEAM en su reporte 17 de alertas de deforestación asegura que “en esta zona, el proceso de colonización es acelerado, ocasionando una demanda creciente de recursos y nuevas tierras que es incentivada por la reconfiguración de grupos armados organizados y por la ausencia de control estatal a escala local”.
El instituto de investigación ambiental asegura que los pastizales constituyen la principal cobertura a la cual se transforma el bosque, destinados a la actividad ganadera o a la usurpación de tierras, y añade que “esta transformación se ve potenciada a través de la red vial terciaria de la zona, que permite el acceso a nuevas áreas de bosque y a las quemas como método de remoción rápida de la cobertura. El núcleo cuenta también con cultivos de uso ilícito”.
La segunda zona sobre la que MAAP hace énfasis es la parte norte del parque Chiribiquete, en el área de su más reciente ampliación. Esta vez la comparación satelital muestra dos imágenes, una de febrero de 2018 y otra de abril de 2019, las cuales se acompañan por fotografías de sobrevuelos realizadas por la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS). En este punto crítico se habrían perdido 1650 hectáreas desde que el Parque se amplió en julio del año pasado.
Al igual que en la región de los Llanos del Yarí, la principal estrategia aquí, según el IDEAM, es crear pastizales con fines de usurpación de tierras o para actividades ganaderas.
Como ha sido reconocido por diferentes autoridades colombianas y por el mismo presidente Iván Duque, esta transformación generalmente es financiada por actores externos, cuya principal motivación es la expectativa de valorización de tierras para generar ganancias futuras. Además, los actores armados presentes en la zona promueven el desarrollo de actividades agrícolas de uso ilícito, así como la expansión de infraestructura vial informal que afecta a los bosques al facilitar el acceso para su intervención.
Imagen principal: Sobrevuelo en el Parque Nacional Chiribiquete. Foto: Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS).
La versión completa de este reportaje fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.
Si quieres conocer más sobre la situación ambiental de las áreas naturales protegidas, puedes revisar nuestra colección de artículos. Y si quieres estar al tanto de las mejores historias de Mongabay Latam, puedes suscribirte al boletín aquí o seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
OTRAS HISTORIAS DE MONGABAY LATAM QUE TE PUEDEN INTERESAR:
Mónica Moraes: la bióloga boliviana detrás de la defensa del TIPNIS. La lucha por conservar la biodiversidad del TIPNIS continúa en Bolivia. En esta entrevista, conoce a la bióloga Mónica Moraes, una de las líderes de la resistencia ante la avalancha de proyectos agrícolas, energéticos, mineros y de explotación de hidrocarburos en la Amazonía. Lee la historia aquí.
La leyenda era cierta: población “secreta” de huemules en Chile aumenta esperanza de salvarlos | VIDEOS. Los más ancianos de Puelo hablaban de huemules que vivían en lo alto de las montañas, lejos de las comunidades. Con cámaras trampa, científicos encontraron a esta población “secreta” en el sur de Chile. Hay esperanzas para mantener viva a la emblemática especie de ciervo. Lee la historia aquí.
Demetrio Pacheco: “Estamos expuestos sin ningún tipo de protección”. Las amenazas a él y su familia no han detenido a Demetrio Pacheco y su intento de conservar la selva de Tambopata. Activistas de Madre de Dios buscan fondos para enfrentar la violencia y destrucción de la minería y tala ilegales en la Amazonía del Perú. Lee la historia aquí.