(Mongabay Latam / Vanessa Romo). Es difícil percibir desde la Carretera Interoceánica el crimen ambiental que se comete en La Pampa, el área situada entre los kilómetros 98 y 115 de la mencionada vía donde se ha concentrado la minería de oro en Madre de Dios. Ingresar a estos terrenos que son parte de la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata es una acción de alto riesgo para quienes no operan en la zona. Sin embargo, desde el aire, el escenario es claro y desolador.

De acuerdo con el Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA) —organización científica creada en el 2016 y en la que participan expertos de la Universidad de Wake Forest (EE.UU.)—, la depredación del bosque en esta área se extiende por 20 kilómetros de largo y cinco de ancho.

A través de un sobrevuelo, Mongabay Latam fue testigo de la situación actual de esta zona, que grafica de forma arrolladora cómo continúa creciendo la minería ilegal en esta región.

CINCIA lleva más de dos años estudiando la deforestación causada por la minería aurífera y el impacto de la contaminación de mercurio en peces en Madre de Dios  y, hace una semana, publicó los primeros resultados de esta minuciosa investigación. Uno de los hallazgos más importantes es que la minería aurífera ha deforestado 95 750 hectáreas en los últimos 32 años, es decir, entre los años 1985 y 2017. Hablamos de un espacio equivalente a un tercio de Lima Metropolitana.

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Un panorama de terror

Los resultados de esta investigación, que Mongabay Latam difunde en exclusiva, demuestran que el espacio deforestado en la región —tanto por la minería ilegal como la informal— es mucho más grande de lo que se pensaba.

Miles Silman, profesor de biología de la conservación en la Universidad de Wake Forest, señaló que la nueva metodología, una fusión de la herramienta que Greg Asner usó en el 2013 y en el 2016 junto a data de satélites de alta resolución, ha permitido mejorar la obtención de información en un 30 %. “Es difícil distinguir los orígenes de la deforestación, pero con este método hemos podido barrer mejor la información y hemos encontrado en promedio un 21 % más de área de la que normalmente se consideraba, la que bordeaba las 60 mil hectáreas”, dijo Silman a Mongabay Latam.

La investigación permitió identificar también que el 67,5 % de la pérdida de bosque, 64 586 hectáreas, ocurrió entre el 2009 y el 2017, en la cual también se encuentra el periodo de interdicciones. En este espacio de tiempo, el pico de deforestación se registró el año pasado, cuando se confirmó, además, que la minería aurífera se había convertido  en la primera causa de degradación de suelos en toda la región. “Antes la agricultura migratoria seguía siendo el primer driver de deforestación, pero desde el año pasado con 9860 hectáreas deforestadas, esta actividad (la minería) representó el 38 % de la desaparición del bosque en Madre de de Dios y el 6.9 % de todo el país”, señaló el director científico de CINCIA, Francisco Román.

A lo largo de veinte kilómetros, este es el escenario que se puede observar en el bosque de Madre de Dios: pozas mineras con mercurio, muchas de ellas abandonadas y sin tratamiento de cierre. Foto: Vanessa Romo/ Mongabay Latam

Algunos de los científicos que han participado en esta investigación llevan más de tres décadas estudiando la deforestación en la región y su experiencia los ha llevado a incluir nuevas variables como el precio del oro y la construcción de la Carretera Interoceánica. El precio del oro, por ejemplo, les he permitido establecer que a pesar de la caída de US$1905 la onza en el 2011 a US$1200 en el 2017, no se ha detenido la actividad ilegal, como se puede ver en el recuento histórico elaborado por los expertos.

En el caso de la Carretera Interoceánica se puede ver que durante el periodo de su construcción, entre el 2006 y el 2011, la tasa de deforestación creció en un 425 %. Si en el 2006 la deforestación era de 2010 hectáreas al año, en el 2011 llegó a 8536 hectáreas anuales.

La zona de La Pampa y gran parte donde hay minería ilegal se ha creado por la fuerte migración de personas que han llegado de Puno, Arequipa, Cusco. Esa migración llegó por esta carretera. Ahora esos mineros que llegaron en esos años ya son habitantes de Madre de Dios y eligen a sus autoridades. No es casualidad que más del 50 % del PBI (Producto Bruto Interno) en esa región provenga de la minería”, comentó Román.

Este cuadro fue elaborado por CINCIA para explicar el impacto de diversas variables en el aumento de la deforestación en Madre de Dios. Crédito: CINCIA.

Otra variable a destacar en el estudio sobre deforestación es cómo el tipo de minería que se realiza influenciará en la futura regeneración del suelo. En la investigación se concluyó que la minería con artefactos artesanales como bombas de succión es más peligrosa que la minería con maquinaria pesada: el 63 % del bosque deforestado ha sido provocado con la metodología artesanal, mientras que la deforestación con maquinaria representa el 37 %.

Francisco Román explicó que el daño es mayor con las bombas de succión porque con ellas se lava el suelo a alta presión, hasta llegar a la capa donde se encuentra el oro. “Ese medio metro a un metro que se desaparece con el lavado es donde están todos los nutrientes, donde se gesta la biodiversidad y que permitirán regenerar el suelo con mayor rapidez”, dijo el científico. En el caso de la maquinaria pesada el daño podría ser menor ya que al removerse la tierra, esa capa podría volver a ser recolocada nuevamente en el cierre de mina. El científico señala que también debe considerarse la distancia que hay entre el área deforestada y el bosque natural, ya que a mayor distancia, le tomará más tiempo al bosque reconstituirse. Para Román, estas variables deben ser atendidas para planificar una mejor recuperación del desaparecido bosque de Madre de Dios.

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La vulnerabilidad de las áreas protegidas

Los resultados de CINCIA aportan también nueva información sobre el impacto de la minería ilegal e informal en las zonas de amortiguamiento de las áreas naturales protegidas de Madre de Dios. Miles Silman señaló que tras investigar las áreas colindantes de la Reserva Nacional Tambopata, el Parque Nacional Bahuaja Sonene y la Reserva Comunal Amarakaeri, encontraron que 31 000 hectáreas de bosque se perdieron solo en estos espacios, hablamos de un tercio de la cifra total.

“Además, si miras los mapas, hay muchas áreas concesionadas en zonas de amortiguamiento, pero en Madre de Dios las prácticas no siempre son las adecuadas o son invadidas por la minería ilegal”, dijo Silman.

No obstante, hay una noticia positiva: el daño causado dentro de las áreas protegidas es mínimo. El que corre más peligro es Tambopata, donde los ilegales cruzaron el límite marcado por el río Malinowski e ingresaron a la reserva a hacer minería hace algunos años.

Mongabay Latam fue parte de un sobrevuelo en el que se observó cómo la minería ilegal desvía el curso de los ríos para la extracción del oro. Foto: Vanessa Romo/ Mongabay Latam

En abril de este año, el jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp), Pedro Gamboa, confirmó a Mongabay Latam que la recuperación de esta área se había logrado al 97 %, ya que constantemente desalojaban a los mineros que se las ingeniaban para entrar. “Nosotros aprobamos una estrategia contra la minería ilegal que nace de la experiencia con esta reserva, que incluye la etapa de reubicación de actividades para los mineros ilegales, pero no podemos avanzar sin articulación de los sectores. Esto depende de voluntades. Con un gobierno regional en contra de la formalización, es difícil”, declaró Gamboa. Desde el 2015, el gobernador regional de Madre de Dios es Luis Otsuka, dirigente minero en este departamento. Aunque en octubre de este año se elegirá un nuevo representante, las opciones de la región siguen siendo encabezadas por candidatos pro minería.

Pese a esta situación y para no detener el trabajo en la región, CINCIA y la ONG WWF Perú han encontrado en los gobiernos locales espacios para desarrollar ciencia y oportunidades contra la minería ilegal. Ese es el caso de Inambari, distrito que abarca La Pampa y la mayor parte de la zona de minería ilegal. Su alcalde Félix Hallasi resalta el trabajo que se está realizando en reforestación de 80 hectáreas que fueron utilizadas para la minería y donde se están probando estrategias de recuperación.

Hay un estigma de que todas las autoridades de Madre de Dios estamos a favor de la minería ilegal, y eso es falso. Lo que buscamos ahora es que luego de nuestra gestión se siga apoyando al minero que quiere formalizarse con mejores prácticas de minería”, señala el alcalde.

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Revisando la estrategia contra la minería ilegal

En el último día del mes de agosto, la Policía Nacional anunció la última acción de interdicción que realizó en Madre de Dios junto con el Ministerio Público: destruyeron 11 motores, igual cantidad de balsas, 150 galones de combustible, 100 tubos de PVC y 100 metros de manguera, además de una canoa y un peque peque (una pequeña embarcación con motor fuera de borda).

Estas acciones del Estado que se iniciaron con fuerza en el 2011, no han podido detener el avance de esta ilegalidad. Y este panorama queda claro con las cifras de CINCIA: 67,5 % de la deforestación ocurrió desde el 2009 al 2017 y solo en el 2017 la minería aurífera deforestó cerca de 10 000 hectáreas.

La adjunta de la Defensoría del Pueblo para el Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas, Alicia Abanto, señaló que “estamos siendo testigos de una falsa fotografía” de la lucha contra la minería ilegal. “Lo que nos dicen es que se está destruyendo maquinaria, se hacen operativos, incautaciones, detenciones. Lo que no se cuenta es que la minería avanza sin tregua. No creo que haya una mala fe en el Estado, pero lo que se ha hecho hasta la fecha no ha funcionado”, dijo a Mongabay Latam.

La escala de minería ilegal que se encuentra en Madre de Dios es diversa. La inversión para comenzar con aparatos artesanales puede ser desde los S/.30 mil. Foto: Vanessa Romo/ Mongabay Latam.

Abanto advirtió que además “nos estamos conformando con ser testigos del desastre ambiental”. “Hemos caído en una suerte de cotidianeidad de este problema, nos indignamos pero seguimos comprando oro sin saber su origen, por ejemplo”, comentó. La especialista cree que el tema “ha sobrepasado” las capacidades del Estado. “Además en este gobierno se ha observado una mayor desarticulación de las acciones contra la minería ilegal. Estas acciones también han sufrido con el problema político de este año”, dijo Abanto.

Para Miles Silman, los resultados de estas investigaciones deberían ser tomados en cuenta por los responsables políticos, no solo del nivel nacional sino también local. No obstante, está de acuerdo con que la estrategia tiene que ser diferente para tener resultados. “Se necesita tener una política contra la minería que refleje la realidad de lo que está pasando. Esto nos da un mejor paisaje de qué áreas atacar, qué áreas deben ser prioritarias para restaurar”, indicó Silman.

En el sobrevuelo en el que participó Mongabay Latam se podían observar algunas parcelas con plantones de reforestación que CINCIA ha empezado a desarrollar. Aún la proporción de este terreno en vías de recuperación es muy pequeña en comparación con el amplio terreno que sigue ocupado por los mineros ilegales, quienes trabajan las 24 horas y los siete días de la semana. Sin embargo, es una forma de resistencia a la inacción y a convertir el desastre en cotidiano.

Una versión ampliada de este reportaje fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.

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