(Mongabay Latam / Michelle Carrere).- A un año del operativo que capturó al barco chino Fu Yuan Yu Leng 999, con un cargamento de 300 toneladas de tiburones al interior de la Reserva Marina Galápagos, Mongabay Latam conversó con Walter Bustos, el entonces director del Parque Nacional.

Bustos, quien actualmente está escribiendo un libro sobre este caso, nos cuenta en esta entrevista detalles del operativo, considerado el más emblemático en tráfico de pesca ilegal.

¿Qué pasó cuando, en la sala de control, detectaron al barco?

Ese día domingo, yo me encontraba llegando con el Ministro de Ambiente desde Colombia, precisamente de una reunión de control de espacio marinos del CMAR (Corredor Marino del Pacífico Este Tropical) y recibí la llamada de que se había interceptado un barco que se estaba dirigiendo a puerto.

Era un barco de bandera china que había hecho un giro, a unas 400 millas al noroeste Galápagos, en dirección de la Reserva. El Parque Nacional Galápagos, desde el centro de control que manejamos 24 horas al día, lanzó la alerta a la Armada para que hiciera el operativo de intersección. Fue la Armada del Ecuador la que intercepta al barco tres horas antes de que este lograra salir de la Reserva Marina. El cruce total de la embarcación, dentro de la Reserva, fue entre 11 y 13 horas.

¿Intentaron escapar?

En un principio no se detuvieron pese a las llamadas de advertencia. Al no detenerse, la Marina debió hacer disparos de advertencia y el helicóptero tuvo que pararse muy cerca de la embarcación para que se detuviera.

Walter Bustos revisando la carga transportada. FOTO: DIRECCIÓN DE PARQUE NACIONAL GALÁPAGOS

¿Dispararon al barco?

No, al aire. Son disparos de advertencia. Pero son una de las señales marítimas, de última instancia, previo a actuar de otra manera…de hecho si ellos hundían la nave tenían todo el derecho.

Entonces la armada lo captura, abre las bodegas y se encuentra con las especias protegidas. Confirmada la sospecha, nos dan la alerta. Nosotros inmediatamente nos trasladamos para empezar el proceso y hacer la verificación. Fue un trabajo conjunto.

¿Tú viste las bodegas?

Claro, ese era mi trabajo porque yo como Director del parque tenía que asumir oficialmente el proceso. Cuando abrimos las bodegas y vimos la cantidad de tiburones supimos que no habían sido pescados en la Reserva Marina. Pero eso para nosotros no fue una limitante. Más bien lo asumimos como un reto porque iba a ser mucho más difícil sancionar a una transnacional, que estaba atravesando la Reserva, con especies que no fueron pescadas en Galápagos.

La Reserva está protegida por dos marcos legales muy fuertes y hay un código que tipifica muy bien la prohibición del transporte de especies protegidas.

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Cuál fue tu reacción al ver el cargamento. ¿Te los esperabas o fue una sorpresa?

Me impacté. Porque yo, a pesar de que ya había visto cargas de varios barcos pesqueros nacionales capturados, no había visto cargamentos que superaran los 200 tiburones, lo que ya es impresionante. En este caso, eran dos bodegas gigantes con 300 toneladas, lo que quiere decir unos 6200 tiburones de todo tamaño. Era un espectáculo impresionante entrar a un cuarto frío, a unos -20°C, muy alto, como un departamento enorme, donde estaban acumulados los tiburones.

¿Qué tipo de especies había?

Gran parte de las especies que encontramos en las bodegas del barco son altamente migratorias y están protegidas por convenios internacionales. Encontramos tiburón Martillo, tiburón Ballena, tiburón Galápagos, Punta Negra, Sedoso y otros. Especies que están en estado de vulnerabilidad muy alto. Su estado es crítico.

Encontramos tiburones bebés que tienen un altísimo valor en sopas. Los vientres de las hembras preñadas fueron cortados y los bebés puestos en sacos aparte.

¿Qué pasó con ese cargamento? ¿Se destruyó?

Esa fue una decisión importante. El perito especializado determinó que el 95 % de las especies eran protegidas, entonces no era una carga que se podía regalar o vender porque formaba parte de un ilícito. Entonces la decisión que tomé fue que la pesca debía ser destruida. Es decir, arrojada al mar sobre la base de informes técnicos que levantaron expertos de la universidad de San Francisco, de organizaciones no gubernamentales, del Instituto de investigaciones oceanográficas del Ecuador. Todos ellos me apoyaron para poder tomar una decisión sobre qué hacer con esa pesca. Entonces salimos de la Reserva Marina e hicimos una descarga en el mar, que duró alrededor de casi un mes.

Especies marinas congeladas en bodegas de barque pesquero industrial chino Fu Yuab Yu Leng 999. Esta embarcación fue capturada el lunes pasado cerca de la isla San Cristóbal. Foto: Dirección de Parque Nacional Galápagos

¿Cuántos barcos operaban?

Es una flota china de aproximadamente 300 barcos. Hacen un cerco con una malla, a través de palangres, de 100 o 120 kilómetros. Es una muralla donde caen absolutamente todo tipo de especies.

¿Actualmente en qué está el caso?

Es la primera vez para la historia del Ecuador, y yo te diría que una de las pocas veces en el mundo entero, donde un delito oceánico por transporte de pesca ilegal, ni siquiera por pesca ilegal, es judicializado al más alto nivel. Están presos 20 ciudadanos chinos que hoy cumplen un año encarcelados.

La jueza dictó el decomiso de la embarcación que fue entregada al Parque Nacional Galápagos o una indemnización, en caso de que la empresa quisiera recuperar el barco.

¿Qué pasó con la empresa?

Es una empresa china que nunca apareció en ninguna de las instancias judiciales. Esa fue su estrategia. Sus abogados, de una firma muy fuerte contratada en Guayaquil, defendieron a los imputados, pero la empresa nunca se hizo presente.

Cuando la Armada interceptó el barco, la tripulación incendió toda la documentación que traían a bordo. Esa fue una de las razones por las que no pudimos sancionar a la empresa. No teníamos nada que la vinculara porque quemaron todo. Así es que nos remitimos al hecho real del momento y a los que cometieron el delito en el mar.

Aletas de tiburón al interior de sacos. FOTO: DIRECCIÓN DE PARQUE NACIONAL GALÁPAGOS

¿Actualmente tienen identificada alguna flota que esté circundando el Parque y que represente una amenaza?

Volvió la misma flota después de un año. Esta vez tuvimos la precaución de anticiparnos y la Armada del Ecuador ya realizó vuelos de aproximación y señales aéreas claras para advertir que están cercanos a espacio nacional y áreas protegidas. Por otro lado, el gobierno chino informó a todas las flotas las consecuencias que pueden tener los barcos que crucen zonas económicas exclusivas, o peor aún, las reservas marinas. Entonces esta vez se han cuidado mucho.

¿Cuál es la situación de la pesca ilegal de tiburón en el Ecuador?

Ecuador tiene una flota pesquera que es, probablemente, la segunda más importante de Sudamérica en tamaño. Se ubica en Malta. Se intentó hacer una regulación hace unos años para permitir la pesca no intencional, la pesca furtiva. Entonces dentro de la pesca artesanal, particularmente, si un tiburón cae en su red no es considerado delito. Sin embargo, era una regulación que probablemente necesitaba muchas más herramientas para poder ser efectiva.

¿Cuál es la importancia de proteger particularmente al tiburón?

Los tiburones están en la pirámide de la cadena trófica. Es decir, que hacen parte de los máximos depredadores que son los que van regulando el nivel de población de las otras especies. Si no existen estos agentes reguladores, otras especies pueden disparar su población, convertirse en plaga y terminar destruyendo bastas zonas ecosistémicas.

Una versión ampliada de esta entrevista fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.

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