(Mongabay Latam / Vanessa Romo).- El último sábado, a la 1:17 de la tarde, se registró un nuevo derrame de hidrocarburos en la Amazonía peruana. El primero de este año. Una presunta rotura a la altura del kilómetro 8.9 del ducto subterráneo que transporta líquidos de gas natural (LGN) del proyecto Camisea sería el punto de origen de este derrame ocurrido en el distrito de Megantoni, en la provincia cusqueña de La Convención donde viven poblaciones indígenas machiguengas.

Este es el octavo derrame de gas que se registra en el ducto que cruza la provincia de La Convención y que es administrado por la empresa Transportadora de Gas del Perú (TGP). Esto sin contar los ocurridos en el 2004 en Ayacucho, cuando comenzó la explotación de hidrocarburos.

Habían pasado cuatro meses del inicio de operaciones del proyecto Camisea, cuando se registró un derrame en en la quebrada Kemariato, ubicada a poco más de 8 kilómetros de la planta de gas Las Malvinas. Fueron 819 barriles —alrededor de 34 000 galones—de líquidos de gas natural que se vertieron en el suelo y en las fuentes de agua, afectando 300 metros cúbicos de terreno, de acuerdo con el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minas (Osinergmin).

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En ese momento Osinergmin evaluó y determinó que el derrame provocó impactos en el suelo, agua, flora y fauna, así como en el entorno social de las comunidades machiguengas que se alimentan y beben el agua de la quebrada. Además, producto del derrame se perdieron 4600 metros cuadrados de bosque, por lo que Transportadora de Gas del Perú (TGP) fue multada por un monto de más de 900 000 soles (US$280 000).

Hoy la historia se vuelve a repetir. El nuevo derrame se ha registrado en el mismo lugar. La empresa TGP sigue administrando el ducto, pero lo opera la Compañía Operadora de Gas del Amazonas (Coga).

Ismael Hernández, presidente de la Central de Comunidades Nativas Machiguenga (Ceconama), aún recuerda el derrame del 2004 y teme por las consecuencias del nuevo desastre. Hernández contó en una entrevista con Mongabay Latam que volvió a sentir el mismo fuerte olor a gas que ahora invade la quebrada Kemariato. “Esa vez viajamos todos a Lima para buscar al ministro de Energía y Minas. Eso es lo que queremos hacer ahora también”, dijo el dirigente.

Como el ducto es subterráneo solo se puede conocer el origen de la rotura por las burbujas que salen a la superficie. Foto: Gabriel Urquia Sebastián.

“Aunque esa vez nos prometieron que no habría más derrames y que si los hubiera, iban a activar su plan de contingencia y nos avisarían a tiempo”, comentó. Hernández narró que se enteraron del derrame de este sábado tres horas después y solo porque los ‘pongueros’ (conductores) que se trasladaban en sus botes a Camisea les avisaron a las comunidades a las comunidades.

Primeras consecuencias

Los primeros en llegar al centro de salud de Camisea fueron los pasajeros que viajaban a bordo de las embarcaciones que se dirigían a esta zona. Fueron 20 los casos que se atendieron en el puesto de salud de ese lugar por irritación en los ojos, ardor en la nariz y faringe, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Al cierre de esta nota y de acuerdo con la Red de salud de La Convención, otros siete pobladores con los mismos síntomas fueron atendidos en la comunidad nativa Chocoriari, que se encuentra situada frente a la quebrada afectada.

A través de un comunicado, la red de salud informó que los pacientes atendidos “fueron sorprendidos por una densa neblina” y que al acercarse a la quebrada “notaron un fuerte olor que les provocó mareos y alarma”. Ante esto, la entidad sanitaria ha emitido una alerta epidemiológica para que los centros de salud de la zona permanezcan atentos a estos casos.

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El personal de la red de salud estuvo entre los primeros que llegaron al punto del derrame, ubicado aproximadamente a un kilómetro de la boca de la quebrada, en el cruce con el río Urubamba. Entraron al área el domingo en la mañana con agentes policiales y personal de la Compañía Operadora de Gas del Amazonas (Coga), operadora de TGP. Además los acompañó el Programa de Monitoreo Ambiental Comunitario del Alto y Bajo Urubamba, integrado por pobladores de diferentes comunidades de la zona.

Agilio Semperi, presidente del Consejo Machiguenga del Río Urubamba (Comaru), es uno de los monitores comunitarios que llegó hasta la zona del derrame. En conversación con Mongabay Latam, Semperi señaló que hasta ayer los poblados más próximos al área afectada, como el asentamiento humano Túpac Amaru y la comunidad de Chocoriari, han seguido denunciando problemas de mareos producto del olor que aún persiste. El área afectada por el derrame de los líquidos del gas natural sería de aproximadamente un kilómetro.

“Las autoridades se demoraron 20 horas en llegar a atender en la zona”, dijo Semperi y añadió que tampoco les avisaron a tiempo. Lo mismo señaló la comunidad nativa de Miaria, a través de su jefe Álvaro Dávila. “No se nos informó sobre la posible contaminación del río hasta que nos enteramos por la radio del problema. Nunca por TGP”, declaró. Sin embargo, TGP aseguró a través de un pronunciamiento que el plan de contingencia se activó inmediatamente para “dar seguridad a la población”. No obstante, el equipo técnico no pudo llegar pronto a la zona por dificultades climáticas.

Mapa de la ubicación del derrame ocurrido en la selva cusqueña. Gráfica: Programa de Monitoreo Ambiental Comunitario del Alto Urubamba.

El domingo, Osinergmin y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) aseguraron que se estaban acercando al área impactada para supervisar las acciones de la empresa frente a este derrame, tomar muestras para evaluar el daño ambiental y determinar el grado de afectación y responsabilidad de la empresa.

El primer reporte de Osinergmin, al que tuvo acceso Mongabay Latam, señala que la empresa se enteró a la 1:17 p.m. del sábado cuando se activó “el cierre automático de la válvula por muy baja presión de línea”. Esta reportó una caída de 108 a 6 barg (unidad de medida de presiones), lo que para Osinergmin estaría relacionado con una posible rotura en el ducto de LNG. Sin embargo, señala el acta, el otro ducto que transporta gas natural seco no se afectó.

En tanto, el Programa de Monitoreo Ambiental Ciudadano del Alto Urubamba emitió un informe en el que aseguró que contratistas de la empresa TGP instalaron desde el domingo cuatro barreras de contención en la quebrada afectada para que el hidrocarburo no siga avanzando al río Urubamba.

Imagen principal: foto de Gabriel Urquia Sebastián.

Una versión ampliada de este informe fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.

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