(Mongabay Latam / Eduardo Franco Bertoni).- Cuando Liliana Tabo y otras mujeres de su comunidad se aproximaron hasta la laguna San Juan, un lugar considerado sagrado para el pueblo indígena Cavineño, notaron que algo estaba diferente. Cuentan que el agua tenía un color distinto, había un olor nauseabundo y peces hinchados yacían flotando sobre la orilla. Los rumores de los pobladores decían que trabajadores de una empresa petrolera habían dado muerte al Jichi, una gran serpiente que en la cultura de los indígenas es protectora de lagos y lagunas.

Liliana indica que mientras ella y sus compañeras caminaban por la zona se dieron cuenta de que las líneas de la prospección sísmica realizadas por la empresa petrolera BGP Bolivia habían pasado por la laguna.

“Cuando han realizado esas detonaciones los mismos ‘pescaus’ morían. Ahorita ya no hay ‘pescaus’ en la laguna, antes había bastante. Nosotros cuidábamos mucho este lugar, pero justo por aquí tuvo que pasar la línea de la sísmica’’, comenta con tono de desolación Liliana Tabo a Mongabay Latam.

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La vida de los cavineños era tranquila. Esta se desarrollaba de acuerdo a sus usos y costumbres, tal como lo hacían sus ancestros. Pero esos días buenos —indican— quedaron en el recuerdo y la búsqueda del llamado oro negro alteró su convivencia en paz y armonía con la naturaleza.

El pueblo Cavineño es una de las 36 etnias reconocidas por la Constitución Política del Estado boliviano. Según el censo del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Bolivia existen 2005 indígenas cavineños. El antropólogo Wigberto Rivero describe que este pueblo conserva sus creencias relacionadas a los espíritus del monte y las aguas, a los que acuden habitualmente con rezos y peticiones, solicitando buen augurio en su vivienda y alimentación. Cultura que ha sido heredada de sus ancestros y los ancianos de la comunidad, a quienes les profesan un importante respeto. Este hecho es visible aun hoy en día, en el respeto que tienen hacia algunos lagos y lagunas que ellos consideran sagradas, como es el caso de la laguna San Juan.

Amazonía norte: nueva frontera hidrocarburífera de Bolivia

En un artículo de análisis, el investigador del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB) Jorge Campanini indicó que el Decreto Supremo No 2549, promulgado el 14 de octubre de 2015, representó en su momento una ofensiva hacia la Amazonía boliviana, dado que se amplió la frontera hidrocarburífera de 24 777 543 hectáreas a 31 685 190. Esto representa una ampliación de 6 907 647 hectáreas.

La prospección sísmica trae consigo la tala. Foto: OMINAB

Según el investigador, de la totalidad de esta nueva ampliación de 6 907 647 hectáreas, un 72 % (5 876 569 hectáreas), se encuentra en los departamentos de Beni y Pando, y es dentro de esta área que también se encuentra el territorio indígena del pueblo Cavineño.

En el análisis de Campanini, esta superficie aumenta la presión previamente existente sobre territorios y pueblos indígenas amazónicos y algunos parques nacionales como el Madidi, Pilón Lajas y Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

El inicio de un conflicto

“Los de la empresa decían primero que no iban a detonar explosivos donde existieran fuentes de agua, nosotros hemos insistido mucho en que ellos no podían perforar en estos lugares”, dice Liliana Tabo al explicarme que el pueblo Cavineño suscribió un convenio con BGP Bolivia en el cual la empresa aseguraba su compromiso de no aprovechar o realizar las actividades de exploración sobre los recursos hídricos de la zona, como arroyos, lagunas y vertientes. Los indígenas dicen que esto fue incumplido.

"Cuando han realizado detonaciones los mismos ‘pescaus’ morían. Ahorita ya no hay ‘pescaus’ en la laguna, antes había bastante. Nosotros cuidábamos mucho este lugar, pero justo por aquí tuvo que pasar la línea de la sísmica".

La empresa BGP Bolivia es parte de una asociación accidental en el país —asociaciones en donde las partes toman interés en una o más operaciones determinadas y transitorias— y es filial de la compañía china BGP International.

Los cavineños aseguran que las explosiones realizadas durante la prospección sísmica llegaron a afectar acuíferos subterráneos de la zona. Según Liliana, otro de los cuerpos de agua afectados por estas detonaciones fue la laguna El Tapau, donde encontraron una gran cantidad de peces muertos.

Liliana indica que los trabajadores de la empresa utilizaron bastante agua durante el periodo que llevaron a cabo sus actividades de exploración, aproximadamente unos tres meses. “Ellos nos decían que se iban a llevar su propia agua y que no iban a ocupar el agua de las comunidades, pero todo eso fue mentira, porque ellos de aquí nomás sacaban el agua, incluso la extraían de nuestros arroyos para llevarla a sus campamentos”, reclama.

Maquinaria de la empresa petrolera realizando tareas de prospección sísmica en el territorio Cavineño. Foto: OMINAB

Mongabay Latam se reunió con el señor Alberto Quiroga, Gerente del Departamento de Marketing y Licitación de la empresa BGP Bolivia, quien nos explicó que debido al acuerdo de confidencialidad que tiene esta empresa con la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) no le era posible pronunciarse respecto a lo mencionado por los comunarios. Asimismo, mencionó que BGP es únicamente la operadora y que este tema lo debíamos consultar directamente con YPFB, que es la entidad responsable del proyecto.

En ese sentido, Mongabay Latam se contactó con el ingeniero Henry Tito, responsable del departamento de relaciones comunitarias de YPFB, para conocer la versión de la estatal petrolera. Tito menciona que si la comunidad cree que han existido daños sobre sus recursos naturales, debe cursar esas denuncias ante el Ministerio de Medio Ambiente y Agua para que sea esta autoridad ambiental quien pueda verificar los daños en el marco de una inspección a la zona.

Mongabay Latam se comunicó con la Unidad de Minería e Hidrocarburos, dependiente del Viceministerio de Medio Ambiente. Desde ahí mencionaron que durante las actividades de prospección sísmica, los técnicos de esta Unidad se deben constituir al menos en dos oportunidades en el área donde se realizan las actividades de exploración para realizar inspecciones.

Una primera vez cuando el proyecto está por la mitad, y otra, al cierre del mismo. En esta segunda visita deben evidenciar cómo está el área, los tipos de acuerdos a los que ha llegado la empresa con la comunidad, si la comunidad está conforme o no, así como cualquier reclamo o denuncia existente. Asimismo, esta Unidad indicó que aún no se ha llevado a cabo la inspección de cierre en la zona de los cavineños.

Consultada sobre el tema, Maria Tabo afirma que se llevará a cabo una reunión de la Asamblea Consultiva del Pueblo Cavineño, donde se determinarán cuáles serán las acciones a seguir sobre los impactos que mencionan.

Imagen principal: Marina Tabo junto a un árbol de castaña, en la zona del castañal de la comunidad, que se vio afectado por la apertura de brechas y caminos. Foto: OMINAB

Una versión ampliada de esta historia fue publicada en Mongabay Latam. Puedes leerla aquí.

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