(Mongabay Latam/Jonathan Palma).- El barco pesquero industrial chino Fu Yuab Yu Leng 999 irrumpió el lunes pasado en la reserva marítima del archipiélago de Galápagos. Con ello quedó en evidencia que aún falta reforzar los controles en los linderos de este santuario, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad, por la Unesco, en 1978.

La embarcación oriental estuvo aproximadamente 24 horas en el interior de la reserva hasta que fue interceptada por unidades de la Armada Nacional, según los registros de navegación de un sistema de detección satelital que funciona en las islas.

La sorpresa fue aún mayor cuando los uniformados ingresaron a las bodegas de la nave. Allí se encontraron con una veintena de trabajadores asustados y, junto a ellos, grandes montículos de animales marinos que estaban conservados en frío. Las especies que predominaban eran tiburones Silky (Carcharhinus falciformis) y Martillo (Sphyrna lewini). No hacía falta ser biólogo marino para identificar la peculiar forma de la cabeza de esta última especie, que figura en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El ministro del Ambiente, Tarsicio Granizo, destacó ayer las bondades del sistema de detección satelital. No obstante, dijo que se deben reforzar los controles en las zonas colindantes a los límites de la reserva, que tiene una extensión de 138 000 metros cuadrados.

“El Ecuador tiene uno de los mejores sistemas de alertas, sobre todo de barcos grandes, que son detectados apenas ingresen a la reserva marina de Galápagos. Lo que sí tenemos que reforzar es el control fuera de la reserva marina. En donde ahí tenemos que ver cómo, con la ayuda de las Fuerzas Armadas, reforzamos la vigilancia en áreas que no son la reserva marina”, explicó el secretario de Estado, en una rueda de prensa.

Según el contraalmirante Darwin Jarrín Cisneros, comandante de Operaciones Navales de la Armada del Ecuador, desde hace varios días se monitoreaba “a esta flota china”.

Como si se tratase de un videojuego, el paso de la nave china quedó registrado en un mapa digital, mostrado por la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), que evidencia el curso de la embarcación extranjera. La nave ingresó por el noroccidente del archipiélago y cruzó la reserva en dirección a la isla San Cristóbal. A 34 millas de esta isla se interceptó el buque.

Una vez aprehendida la embarcación se trasladó el barco a dicha isla y allí se procesó a los 20 ciudadanos chinos, a quienes se les dictó prisión preventiva. La Fiscalía los acusa de un delito contra los derechos del ambiente y la naturaleza, en específico, se citó el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal (COIP). Este articulado determina lo siguiente: “La persona que cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice, especímenes o sus partes, sus elementos constitutivos, productos y derivados, de flora o fauna silvestre terrestre, marina o acuática, de especies amenazadas, en peligro de extinción y migratorias, listadas a nivel nacional por la Autoridad Ambiental Nacional así como instrumentos o tratados internacionales ratificados por el Estado, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”. El 25 de agosto se realizará una nueva audiencia en su contra.

Peritaje a especies halladas en barco chino

Mongabay Latam conversó ayer con el director del Parque Nacional Galápagos, Walter Bustos, quien refirió que las especies halladas en los frigoríficos de la nave china serán analizadas por peritos para recabar información que ayude a establecer, por ejemplo, si las especies que estaban en esas bodegas fueron atrapadas en aguas de la reserva.

“Como la embarcación cruzó la reserva marina, sin autorización, eso ya se convierte en un delito. Lo otro es que, cuando se le abordó a la embarcación, se encontró que había especies que están protegidas, no solo en Galápagos, sino internacionalmente. Entonces esto constituye en un agravante (…).”, explicó Bustos.

La Ley de Galápagos, en su apartado de Infracciones administrativas graves, dispone que la Autoridad Ambiental Nacional sea la que imponga sanciones a quienes respondan por la operación de embarcaciones sin permisos en la zona de reserva. Las sanciones pueden ser pecuniarias.

En cambio, el Código Orgánico Integral Penal (COIP), en el Capítulo Cuarto sobre Delitos contra el ambiente y la naturaleza o Pacha Mama, establece sanciones de uno a tres años de cárcel: “Artículo 245.- Invasión de áreas de importancia ecológica.- La persona que invada las áreas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas o ecosistemas frágiles, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”.

El ministro del Ambiente, Tarsicio Granizo, indicó que entre 2014 y 2017 se intervinieron 18 barcos dentro de la reserva marítima de Galápagos. De estos, 17 de nacionalidad ecuatoriana; y, uno de bandera china.

Granizo recordó que en 2014 se destruyó la carga incautada del barco Niño Ricky. Esta embarcación transportaba 109 tiburones, entre otros animales. Así también, el funcionario citó el caso del barco Fer Mary que fue intervenido en el 2011 con 379 tiburones a bordo. Su tripulación fue condenada a prisión.

Importancia de los tiburones

Los tiburones son los animales que están en la cúspide de la cadena alimenticia en el mar, como los leones en la sabana africana.

El biólogo Eduardo Espinoza, del departamento de Monitoreo de Ecosistemas Marinos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos, explicó los motivos por los que se debe combatir la pesca de tiburones, tanto en aguas internacionales como en la reserva del archipiélago.

“Los tiburones mantienen el balance de los ecosistemas(…). Alimentándose de especies que están enfermas, que están débiles, entonces el ecosistema está balanceado. Ese es uno de los factores. Otro factor es que son especies cartilaginosas, que viven por mucho tiempo, más de 30 o 40 años, (pero) su reproducción es baja. Entonces por esa misma causa son susceptibles a la sobrepesca o la sobreexplotación de estas especies”, ahondó el especialista. Por este último factor, su población es propensa a reducirse.

Y este fenómeno ya lo perciben en las islas. “Las poblaciones de tiburones martillo y silky son de las más comunes en la reserva marina Galápagos. Sin embargo, de acuerdo a estudios que se han hecho en los últimos años, se ha visto que las tendencias de las poblaciones de tiburones martillo, por encuestas a guías, han declinado un poco”, indicó el biólogo.

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