(Mongabay Latam/Milton López Tarabochia).- El informe Global Witness 2017 vuelve a sorprendernos otra vez: 200 defensores del medio ambiente y la tierra fueron asesinados a lo largo de todo el año 2016 en 24 países del mundo. La cifra ha crecido en relación a 2015, cuando las muertes de dirigentes ambientales se reportaron en 16 países.

América Latina vuelve a cobrar relevancia en este nuevo informe de Global Witness, sobre todo si tomamos en cuenta que el 60 % de las muertes se concentraron en esta región y que 120 países son considerados en todo el estudio. Además, la población más vulnerable a los asesinatos es la indígena porque 40 % de las víctimas provienen de los pueblos originarios.

El informe también ha podido identificar que los asesinatos a los defensores del medio ambiente y la tierra están vinculados a la oposición de estos grupos minoritarios a proyectos extractivos y grandes infraestructuras, que impactan de manera negativa su territorio. Se sabe que 33 de los líderes que murieron, previamente se opusieron o cuestionaron proyectos relacionados con el sector minero y petrolero; que 23 antes de morir enfrentaron actividades vinculadas a la extracción forestal; 23 al sector agroindustrial; 18 se opusieron a la caza ilegal; 7 a proyectos relacionados con el agua y las represas y; finalmente, 4 víctimas más relacionadas con otras actividades.

Pero este número alarmante de muertes se debe también a que los gobiernos y los inversionistas de las empresas transnacionales están fallando en combatir la causa fundamental de los asesinatos: “la imposición de proyectos extractivos en comunidades sin su consentimiento libre, previo e informado”, se cita en la investigación.

Otro de los hallazgos importantes del informe, es que los inversionistas están “alimentando la violencia al financiar proyectos y sectores abusivos, y al no apoyar a las y los activistas locales amenazados”. Y esto incluye, detalla el estudio, a los bancos de desarrollo.

La criminalización de la protesta también ha sido considerada por los especialistas que han elaborado el último informe de Global Witness, porque sostienen que se usa para “reprimir el activismo ambiental y la defensa del derecho a la tierra en todo el mundo”. Incluso en países como Estados Unidos.


Lista total de defensores ambientales y de la tierra asesinados. Fuente: Global Witness.

Entre los países más afectados por las muertes de los defensores ambientales están Brasil que lidera la lista con 49 muertes; le sigue Colombia con 37; Filipinas con 28; India con 16; Honduras con 14; Nicaragua con 11; la República Democrática del Congo y Bangladesh con 10 cada uno; 6 en Guatemala; Irán y México con 3 en cada país; Myanmar, Perú y Sudáfrica coinciden con 2; y Camerún, China, Irlanda, Malasia, Pakistán, Tanzania, Tailandia, Uganda, Vietnam y Zimbabue que suman 1 defensor ambiental muerto por cada país.

Mongabay Latam se comunicó con Billy Kyte, líder de la campaña de Global Witness, quien explicó la metodología aplicada. “Usamos fuentes públicas como artículos en los medios de comunicación e informes de organismos no gubernamentales (ONG), y de Naciones Unidas. Además, esa información la verificamos con los datos de organizaciones de monitoreo en los países analizados como Brasil, Colombia, Honduras, Filipinas, y los demás”, explicó el especialista.

Kyte también señaló que Global Witness define a los defensores como las personas que toman medidas pacíficas para proteger sus derechos a la tierra o al medio ambiente, ya sea a título personal o profesional. Además, como se explica en el informe, también se toman en cuenta entre los casos analizados los asesinatos y las desapariciones forzadas.

La muerte es la punta del iceberg

Los homicidios de los defensores del medio ambiente y la tierra en el mundo solo son la punta del iceberg de una gran montaña de ataques pasados, es decir, se trata del resultado final. De acuerdo al informe de agosto del 2016 de la Relatoría Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos de la ONU, citado por el estudio de Global Witness, antes de ser asesinados, los defensores han sido víctimas de una serie de agresiones que incluyen la desaparición forzada, las amenazas y ataques a la familia, el acoso sexual, chantajes, la vigilancia ilegal, acoso judicial, prohibición de viajes, uso de la fuerza como represión en manifestaciones pacíficas, entre otras.

Las amenazas mencionadas son ejecutadas por agentes que han podido ser identificados por Global Witness. En el caso de Colombia y Filipinas, los grupos armados ilegales como los paramilitares están vinculados a 35 casos; la Policía está relacionada con 33 homicidios; los terratenientes a 26 ataques y la seguridad privada a 14 casos. Los cazadores furtivos, generalmente, en el continente africano, están inmiscuidos en 13 casos.

Los militares, colonos, madereros, sicarios y representantes empresariales son otro grupo de actores asociados a los asesinatos de algunos defensores.


Uno de los casos más importantes registrados por el informe es el de Berta Cáceres, quien fue asesinada en marzo del 2016, por oponerse a la hidroeléctrica Agua Zarca en Honduras. Foto: Premio Goldman.

 


Seguridad privada vigilando el proyecto de la presa de Agua Zarca. El exjefe de seguridad privada de la represa es una de las siete personas detenidas por el asesinato de Berta Cáceres. Foto: Giles Clarke.

 

América Latina: La región más golpeada

El país que lidera la lista con más defensores ambientales asesinados es Brasil con 49 muertes. Para Billy Kyte de Global Witness, la trágica situación se debe a un retroceso en la protección ambiental y un debilitamiento de las instituciones de derechos humanos, a esto se suma la creciente expansión de la tala y la agroindustria en la Amazonía brasileña. “Estas actividades son las principales fuentes de conflicto”, enfatizó.


Nilce de Souza Magalhães. Fotografía de RED-DESC.

El cuerpo de Nilce de Souza Magalhães fue hallado atado a una roca y a orillas del río Madeira en julio del 2016. Durante seis meses la líder ambiental fue reportada como desaparecida, hasta que fue encontrada sin vida en los alrededores de la presa de Jirau, en Porto Velho, proyecto al que se había enfrentado en los años previos a su muerte. Nilce había denunciado cómo el desvio de las aguas, causado por la represa, había generado un impacto negativo en la población de peces que alimenta a la población local. La historia de Nilce de Souza Magalhães representa el escenario violento al que se enfrentan los defensores ambientales en Brasil.

Además, otro factor que ha llevado a este país a encabezar la lista elaborada por Global Witness, es el debilitamiento institucional que se evidencia con solo recordar una de las primeras decisiones tomadas por la administración de Michel Temer: el desmantelamiento del Ministerio de Derechos Humanos.

Lee aquí el reportaje completo.

Portada: Uno de los casos más impactantes es el de Colombia, donde debido a la liberación de tierras por las guerrillas, los paramilitares se enfrentan a los campesinos que reclaman su territorio. En la fotografía un campesino es retenido por la policía. Foto: Rafael Ríos.

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