(Mongabay Latam / Rita García y Carlos Chunga).- La fuerza del río Piura se ensañó con Catacaos y Cura Mori, distritos del Bajo Piura, ubicados al norte del Perú, que han quedado totalmente inundados tras los desbordes. El lunes (NdeR: 28 de marzo) las lluvias torrenciales afectaron seriamente a la región Piura, pero este último viernes un nuevo desborde regresó las aguas a varios centros poblados de Catacaos. No hay defensas ribereñas y aún queda población en estas zonas que se resiste a abandonar sus viviendas, sus animales, sus vidas.
Cientos de familias damnificadas de Monte Sullón, Viduque, Pedregal Grande, Pedregal Chico, Narihualá, Molino Azul, Simbilá, Pozo de Ramos, Santa Rosa y Cura Mori han sido reubicadas en una decena de refugios temporales, algunos ubicados dentro de instituciones educativas. Fue la peor catástrofe que padecieron estas familias.
“El agua me llegaba hasta el cuello, salí al campo con mis tres hijos. La gente corría para el fondo (hacia una loma). Ahora todos estamos en alerta, ojalá Diosito quiera que ya no llueva”, dice Fiorella Palacios, una madre de familia de 23 años. Vivía en Nuevo Catacaos, pero tras la inundación está obligada a vivir dentro de una carpa, con sus hijos de ocho, cuatro y tres años, en el refugio del colegio José Carlos Mariátegui de Tacalá. No tiene trabajo, su esposo está recluido en el penal Río Seco de Piura. Sabe que tendrá que reconstruir su casa sola para empezar otra vez.
El reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) indica que 10 de los 14 centros poblados que tiene Catacaos están bajo el agua. El peligro en la zona es permanente porque no existen muros de contención que resistan los más de 2000 metros cúbicos por segundo que pasan por el río Piura. El problema más grave es que existen tres huecos en las defensas ribereñas de este sector: en Viduque, Narihualá y Tres Marías. El agua ingresa por estos centros poblados y los inunda rápidamente.
“Catacaos tiene prioridad para nosotros, no lo vamos a dejar de lado, debemos estar unidos para afrontar este periodo climatológico”, ha manifestado el gobernador regional Reynaldo Hilbck. Sin embargo, el alcalde de Catacaos, Juan Cieza, culpó al Gobierno Regional y al Central de los nuevos desbordes del río. Afirmó que luego del desborde del último lunes, los diques de contención no fueron reparados.
“Toda la noche ha habido una psicosis colectiva porque venía una crecida de 2600 metros cúbicos por segundo. Unos dirán que no es mucho, pero si hay tres huecos en las defensas, lógicamente el agua se desbordará y afectará a las poblaciones de Pedregal Chico, Narihualá, Pedregal Grande, Nuevo Pedregal y el Molino”, sostuvo la autoridad.
Producto de los desbordes, más de 20 000 piuranos se han quedado sin vivienda, según el COER. Continúan llegando damnificados a los albergues, la emergencia no termina.
“Sí nos están ayudando, pero solo el pueblo, del gobierno no recibimos nada”, dice María Bruno, pobladora de Pedregal Grande. Doña María no creía que el río se desbordaría, porque cuando vivió el Fenómeno El Niño de 1983 no hubo ninguna inundación. “Sí nos avisaron (que debían evacuar), pero no creíamos, de capricho no salimos de nuestras casas, y cuando nos atacó el agua recién corrimos a ponernos a salvo”, narró. Ella vivía de la crianza de sus animales y ahora no tiene terreno donde vivir. “Lo que más deseo es recomponer mis animalitos, tenía 12 chanchos, tres preñadas. Ahora no tengo donde ir, mi casa ahora es río”, se lamentó.
En los caseríos Pedregal Grande, Pedregal Chico, Narihualá, Monte Sullón y Viduque el agua continúa estancada. Según el Gobierno Regional, existen pobladores que se resisten a salir de sus viviendas y que prefieren permanecer en los techos de sus casas.
Portada: La población de catacaos se mantiene a la expectativa ante una nueva crecida del caudal. Foto de Gonzalo Varillas.
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