(Mongabay Latam / Miriam Telma Jemio).-La veda general e indefinida se instituyó hace dos décadas en Bolivia, pero esta medida, no logró detener el tráfico de animales silvestres, principalmente de aves, monos, tortugas y reptiles que son demandados como mascotas dentro del país. Y, en los últimos años, los jaguares se han convertido en víctimas de las excentricidades de coleccionistas extranjeros, sobre todo de asiáticos, que buscan utilizar algunas partes del animal como cura para enfermedades.

El caso más grave y recientemente registrado es el negocio ilegal de colmillos de jaguar para el mercado chino. Se decomisaron 337 colmillos entre 2014 y 2016, las autoridades estiman que al menos 87 felinos fueron asesinados solo en las regiones del Parque Nacional Madidi y de la Reserva de la Biosfera y Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas, ambas ubicadas al norte del departamento de La Paz.

Se abrieron los procesos penales correspondientes por estos delitos pero también existen otros dos en curso por la caza de vicuñas en Uyuni (Potosí) y en Sica Sica (La Paz), señala a Mongabay Latam Teresa Pérez Chávez, directora General de Biodiversidad y Áreas Protegidas.

La Policía Forestal y de Medio Ambiente (Pofoma) y algunas gobernaciones, como las de Santa Cruz y Cochabamba, así como algunos municipios como El Alto y Oruro, vigilan de manera constante la venta ilegal en diferentes mercados y ferias tanto de animales vivos como de las partes extraídas de estos. Además, se controla el uso de fauna silvestre en las entradas folclóricas y en las vías por donde los traficantes los transportan. Los decomisos de animales vivos y disecados continúan, y son los centros de custodia de todo el país, públicos y privados, los que acogen a los animales que han sido decomisados o entregados voluntariamente por la gente.

Según el Ministerio de Medio Ambiente, el tráfico ilegal de vida silvestre extrae de su medio a miles de in­dividuos de decenas de especies, tanto de flora como de fauna, sin que existan datos exactos respecto al volumen capturado, transportado y comercializado. De acuerdo a estimaciones de este proceso, solo uno de cada ocho a diez animales, sobrevive para ser vendido como mascota.


Lechuzas de campanario (Tyto alba) decomisadas. Foto: Cortesía de la Gobernación de Santa Cruz.

La ministra de Medio Ambiente y Agua, Alexandra Moreira, señala que los delitos contra la vida silvestre están vinculados a una de las actividades de delincuencia organizada más importantes a nivel mundial, después del tráfico de drogas, de armas y la trata de personas.

Jaguares en la mira

En un operativo realizado en mayo por guardaparques de las áreas naturales protegidas Madidi y Pilón Lajas, así como por la Policía Forestal y de Medio Ambiente, el ciudadano chino Jian Fang Xiao fue encontrado en posesión de siete colmillos de jaguar. En diciembre de 2014, su coterráneo Yan Yixing fue capturado en posesión de 300 colmillos, además de cueros de serpientes, astas de ciervos y dos cabezas de felinos disecadas.

A la fecha, Jian Fang Xiao está detenido preventivamente en la carceleta de Rurrenabaque por el delito de destrucción o/y deterioro de bienes del Estado y la riqueza nacional. Mientras, Yan Yixing tiene detención domiciliaria.


Colmillos de jaguar decomisados. Foto: Cortesía de Pofoma.

Estos dos procesos son apenas una muestra de este negocio ilícito. Hay una decena de otros casos similares iniciados y seguidos por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua en contra de ciudadanos asiáticos, señalaron a Mongabay Latam funcionarios del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).

Este problema visible en las regiones ubicadas al norte de La Paz y al oeste de Beni, coincide con el desarrollo de proyectos ejecutados por empresas chinas. Para Daniel Manzaneda, coordinador del Foro Boliviano sobre Medio Ambiente (Fobomade), “con la presencia de empresas Chinas en Bolivia no solamente se está incrementando el crimen del tráfico de vida silvestre, sino que también otros delitos como la prostitución y el tráfico de personas por la cantidad de trabajadores chinos que llegan con estas empresas.”

“En Bolivia, debemos comenzar a preocuparnos en proteger a los felinos silvestres como el jaguar, el puma, ocelotes y otros gatos silvestres y frenar con medidas drásticas el tráfico al Asia”, alerta Manzaneda en una publicación de Fobomade.


Puma bebé rescatado, una de los felinos amenazados por el tráfico de fauna silvestre. Foto: Cortesía de la Gobernación de Santa Cruz.

El jaguar está catalogado como Vulnerable, es decir, enfrenta un moderado riesgo de extinción o deterioro poblacional a largo plazo. Hasta 2009, según el Libro Rojo de la fauna silvestre de vertebrados de Bolivia, su mayor amenaza era la pérdida de hábitat y, en menor medida, el uso de su piel en los trajes de algunas danzas folclóricas. A partir de 2014, empezó a ser cazado para extraerle los colmillos y venderlos a la China

Actualmente esta presión que existe sobre las poblaciones de jaguar es evidente, señala el Sernap. Entre agosto de 2014 y 2016, por el trabajo conjunto de diversas instituciones encargadas del control y fiscalización de ilícitos contra la vida silvestre, principalmente Ecobol y Pofoma, se interceptaron 15 envíos provenientes de los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba con destino a China. Estos cargamentos contenían alrededor de 337 piezas de colmillos de jaguar. De los 15 envíos, dos fueron gestionados por bolivianos y los 13 restantes por ciudadanos chinos residentes en Bolivia.


Piel de jaguar decomisada. Solía ser usada para confeccionar trajes de algunas danzas folclóricas. Foto: Cortesía de Pofoma.

“Se tiene un cálculo de aproximadamente 85 jaguares muertos, pues cada jaguar tiene cuatro colmillos, esto sumado a los casos que no fueron detectados y los que mueren por otras causas estarían poniendo en peligro las poblaciones de jaguares existentes en Bolivia. Si bien, hasta la fecha, algunos procesos penales fueron iniciados a las personas que realizaron los envíos, ninguno llegó a su fin”, destacan en el Sernap.

Existen además procesos judiciales abiertos contra los dueños de las radios que difundían anuncios ofreciendo entre 100 y 150 dólares por colmillo de jaguar. Este delito está tipificado en la norma como “Apología del delito”, porque es una forma de incitar a la población a la cacería del jaguar. Estos procesos tampoco han llegado a su fin.

En marzo de este año, guardaparques de Pilón Lajas interceptaron a un ciudadano coreano que supuestamente ofrecía dinero por caninos de jaguar. Tras una audiencia realizada en el municipio San Borja (departamento de Beni), el juez desestimó el caso por falta de pruebas y por la edad del extranjero (73 años).

Especies más traficadas

Las especies de fauna más traficadas en Bolivia y tomando en cuenta el volumen de individuos, son las lagartijas altiplánicas y las petas o tortugas de agua, los siguientes en la lista son los loros de diferentes especies, señala el registro de decomisos de la Dirección General de Biodiversidad y Áreas Protegidas (DGBAP). En cuanto al número de casos, los loros y quirquinchos encabezan este grupo por encima del resto de las especies. Según la base de datos de la DGBAP, con relación a los decomisos efectuados entre 2008 y 2011, el número de especies traficadas supera las 120.

Lee aquí el informe completo

[Foto de portada:  Eduardo Franco Berton ]

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