[Mongabay Latam / Claire Salisbury].- Las 1700 islas de la República de Filipinas, repartidas por el Océano Pacífico y el Mar de la China Meridional, están repletas de vida. La nación al completo se considera un punto de alta biodiversidad —clasificado entre los 17 países más megadiversos del mundo— con selvas, sierras de montañas volcánicas y aguas tropicales conocidas por especies que no se encuentran en ninguna otra parte del planeta.
El aislamiento del archipiélago durante millones de años y su gran variedad de hábitats han contribuido a la especiación en los 300 000 kilómetros cuadrados (115 831 millas) de territorio de la cadena de islas.
Especies como el águila monera (Pithecophaga jefferyi), una de las más grandes del mundo; el cálao de Sulu (Anthracoceros montani), del cual se cree que quedan menos de 30 ejemplares, y el ciervo ratón filipino (Tragulus nigricans), que mide tan solo 17 centímetros, viven en los bosques del archipiélago.
Un asombroso 40 por ciento de las especies que se encuentran en este país de islas son endémicas —226 de 569 especies. Para comprenderlo, se puede comparar con el nivel de endemismo de las aves en Estados Unidos, que es de tan solo un 7,5 por ciento, aunque EE.UU. supera en más de tres veces el tamaño de Filipinas.
BirdLife International ha identificado diez áreas de endemismo de aves (EBA por sus siglas en inglés) en las Filipinas —las EBA son “los lugares más importantes para la conservación de las aves según el hábitat” por todo el mundo. Si se unen esas diez EBA abarcan casi la totalidad del archipiélago.
No obstante, estos hábitats ricos en especies, junto con los animales únicos que dependen de ellos para sobrevivir, están en peligro a causa de un legado de deforestación extrema que ha sido continuo durante décadas: en Filipinas solo queda una pequeña porción de bosque primario.
Un ave escasa que escasea cada vez más
Entre los animales más amenazados se encuentran las palomas apuñaladas, esquivas y tímidas, que viven en la tierra. Su nombre se deriva del plumaje rojo o naranja con aspecto de herida abierta en su pecho blanco.
Las cinco especies de paloma apuñalada son endémicas de las Filipinas. Tres de ellas solo se encuentran en algunas islas y están clasificadas como En Peligro Crítico en la lista de la UICN. También ha sido señaladas por el programa EDGE of Existence (al borde de la existencia) de la Sociedad Zoológica de Londres, que las clasifica entre las 100 especies de aves “Evolutivamente distintas y amenazadas globalmente”.
Las palomas apuñaladas prefieren los bosques bajos con dosel cerrado y buscan alimento en suelo del bosque, pero se ven golpeadas cuando se altera o se corta el bosque que les queda.
“La pérdida de hábitat causada por la tala a pequeña escala, la minería y la invasión humana (para agricultura y para residencia) son las principales amenazas” para la especie, reveló Juan Carlos González, director y curador de aves en el Museo de Historia Nacional de la Universidad de Filipinas en Los Baños. Las aves también son víctimas de caza para el consumo, de trampas para otras especies en las que se quedan atrapadas accidentalmente, y de la venta para el comercio de mascotas. Todo eso a pesar de que existe protección, según la ley de Filipinas, para todas las especies amenazadas, con penas que van de multas a varios años de prisión.
Para una especie, la paloma apuñalada de Sulu (Gallicolumba menagei) las posibilidades de supervivencia son mínimas. Se cree que quedan menos de 50 ejemplares de esta especie en la isla Tawitawi. Aunque no ha habido avistamientos confirmados desde 1891, informes de los años 90 ofrecen la esperanza de que una pequeña población aún resista.
La extrema escasez de G.menagei no es lo único que hace que una evaluación exhaustiva de la especie sea difícil. Acceder a su hábitat más probable para realizar un estudio completo es algo que se dificulta con el “riesgo de bandidos e insurgentes”, dijo González.
Amigos de la paloma apuñalada de Negros
Para otra de las especies de paloma apuñalada, la perspectiva es peligrosa pero más esperanzadora. La Gallicolumba keayi, que vive en los diminutos parches de bosque que quedan en la parte sur de la isla de negros, se ha convertido en el centro de atención de una iniciativa de conservación de una década de duración.
En 2005, la Sociedad Zoológica de Bristol (BZS por sus siglas en inglés), en el Reino Unido, estrechó sus medidas de conservación de las doce especies de paloma a solo la paloma apuñalada de Negros porque “sabíamos que sin un aumento significativo en los esfuerzos perderíamos la especie”, dijo a Mongabay Neil Maddison, líder de los programas de conservación de la BZS.
La G. keayi no es la única que se podría beneficiar del trabajo de la ONG. Otras especies En Peligro Crítico o En Peligro como el jabalí de las Bisayas (Sus cebifrons), el sambar manchado de Filipinas (Rusa alfredi), el cálao grande de Panay (Rhabdotorrhinus waldeni), y el cálao chico de Panay (Penelopides panini) también necesitan desesperadamente un hábitat de bosque intacto en Negros. Todos están amenazados por la deforestación debido al boom de la industria del azúcar del último siglo —solo el 4 por ciento del bosque sigue intacto.
La paloma apuñalada de Negros tiene una línea roja vertical en el centro del pecho blanco, que contrasta con el verde y lila iridiscentes de la cabeza, el cuello y las partes superiores de las alas. Este abrigo de colores deja espacio para el color castaño en la cola y la parte baja de las alas. Se cree que solo quedan de 70 a G. keayi en Negros y la isla vecina de Panay.
La BZS es solo uno de los varios grupos de conservación que han establecido con éxito una población de cría en cautividad para las palomas de Negros, un programa que algún día podría liberar a las aves en la naturaleza, siempre y cuando quede algo de naturaleza.
Con ese propósito, BZS trabaja con la organización local PENAGMANAKI, para tener un enfoque más amplio y colaborativo en la conservación y restauración de los bosques en la sierra volcánica de Cuernos de Negros.
“A través de la investigación, hemos identificado ubicaciones [y comunidades] clave para la intervención”, dijo Maddison. Una estrategia clave para un cambio positivo es “la participación de los habitantes locales”.
Cita la agricultura de roza y quema como causa directa de la pérdida forestal en la región, pero apunta que este enfoque a la agricultura está inextricablemente relacionado con factores sociales. “El aumento de la población incrementa el problema [la la roza y quema], al igual que la pobreza, que ofrece opciones limitadas a los habitantes locales”, explicó.
Por ese motivo, la BZS “quiere atraer más organizaciones al proyecto, como expertos en salud familiar e igualdad de género, ya que sabemos que las decisiones que toman las mujeres jóvenes pueden tener un efecto significativo en la [reducción de la] pobreza”, dijo Maddison. Menos bocas que alimentar es igual a menos presión para los bosques cada vez más pequeños, y menos probabilidad de que los animales en peligro acaben servidos de cena o vendidos para el comercio de mascotas.
En la actualidad, la paloma apuñalada de Negros sigue siendo víctima de trampas que las comunidades instalan en el suelo del bosque para cazar animales para comer. Aunque la BZS ha trabajado para eliminar las trampas de la zona del proyecto, Maddison revela que la ONG “encontró cientos de trampas” en un paseo por Cuernos de Negros cuando se atrevieron a salir de los límites de área del proyecto.
La BZS une la conservación del hábitat y la restauración del bosque con la educación y el monitoreo de la biodiversidad basados en la comunidad. También introducen “nuevas ideas y conceptos sobre agricultura y actividades que generan ingresos para que la gente se pueda beneficiar de la conservación de la vida silvestre y no sufrir por ella”, dijo Maddison a Mongabay.
Un éxito importante: un municipio local ha diseñado oficialmente una zona de bosque como “cuenca crítica y zona de hábitat de vida silvestre crítico”, un movimiento que la BZS ve como un reconocimiento importante del valor que tiene esta tierra para la gente y la biodiversidad.
Aumentar el nivel de cumplimiento de la ley también ha sido un componente clave del proyecto. “Es ilegal cortar el bosque en Filipinas, pero la falta de capacidad del Departamento de Ambiente y Recursos Naturales significa que, en realidad, el bosque no está protegido”, explicó Maddison.
El líder de la BZS es optimista. En marzo de este año, hubo avistamientos confirmados de palomas apuñaladas de Negros en la zona del proyecto durante el estudio, y se planea extender el proyecto a tres zonas más en el futuro.
“Sabemos que [los pájaros] siguen presentes, y si podemos proteger el bosque y abordar la caza local (sobre todo las trampas), las especies deberían de sobrevivir, pero tenemos que finalizar un modelo con el cual el bosque se mantenga intacto o la replantación… dé beneficios a los ciudadanos”, dijo Maddison.
Lee aquí el artículo completo.
[Portada: La paloma apuñalada de Mindanao, clasificada como Vulnerable por la UICN. Las cinco especies de paloma apuñalada son una preocupación para la conservación. Los grupos conservacionistas luchan por proteger la especie. Foto de Paulo Jardim85 en flickr con licencia Creative Commons CC BY-NC-ND 2.0 license]
[Traducción: María Ángeles Salazar Rustarazo ]
Más artículos de Mongabay Latam:
Desalojo a una comunidad shuar de la Amazonía aviva resistencia indígena contra la gran minería
Perú: Denuncian que pasivos ambientales no son remediados en lote petrolero de Loreto