(Mongabay Latam).- El nombre científico de la nueva rana es Pristimantis pulchridormientes pero será conocida comúnmente como la Rana de lluvia de la Bella Durmiente. Este anfibio recién descubierto habita los bosques premontanos de los Andes Centrales de Perú y se desplaza entre los 1000 y 1700 metros de altura sobre el nivel del mar. Hoy sabemos que fue hallada durante un inventario rápido realizado en el Parque Nacional Tingo María a fines de 2014 y que es fácil de identificar porque presenta una coloración rojiza brillante muy particular en la ingle, en la parte posterior de los muslos y en las patas.

Los biólogos Alessandro Catenazzi, de la Universidad del Sur de Illinois en Estados Unidos, y Germán Chávez, del Centro de Ornitología y Biodiversidad (Corbidi) de Perú, hallaron a la nueva rana en la zona más alta del Parque Nacional Tingo María. “La primera vez que la vimos fue en un lugar increíble, una montaña aislada de bosques primarios que forman esa cadena de montañas que de lejos se ve como si fuera una mujer echada, y de hecho todos la conocen como ‘La Bella durmiente’. El campamento exacto en donde la encontramos se llama La Garganta y es porque está ubicado exactamente en el cuello de la Bella Durmiente, es una de las zonas más altas a donde se puede llegar en el Parque Nacional Tingo María, después de un par de horas de caminata”, narra así el biólogo Germán Chávez, el momento en el que divisaron por primera vez a la Pristimantis pulchridormientes.

El especialista de Corbidi señala que fue el sonido de unos cantos muy particulares los que despertaron su interés durante una caminata nocturna. “Caminamos hacia los cantos y cuando los pudimos escuchar bien, pensamos: ¡que cantos tan raros! Nunca habíamos escuchado un canto así, nos dimos cuenta que venían de la copa de unos árboles pequeños y al verlas, vimos desde abajo que tenían unas alucinantes patas rojo escarlata brillante y lo primero que pensé fue: ‘esta es una nueva especie’, asi que capturamos algunas”, recuerda con detalles Chávez, quien hoy junto a su colega Catenazzi han podido establecer algunas de las características principales de este anfibio.


La rana Pristimantis pulchridormienteses fácil de identificar porque presenta una coloración rojiza brillante muy particular en la ingle, en la parte posterior de los muslos y en las patas. Foto: Cortesía de Germán Chávez.

La Rana de lluvia de la Bella Durmiente es muy pequeña, el macho puede llegar a medir 21.9 milímetros y se especula que la hembra sería un poco más grande, aunque este detalle no se ha podido establecer, porque solo se han encontrado especímenes de macho. Un detalle muy interesante es que la Pristimantis pulchridormientes pertenece a una familia cuya característica principal es que no genera renacuajos, sino que se trata de un desarrollo directo, es decir, de un huevo emergen pequeñas ranitas. “Es de hábitos nocturnos, probablemente se alimente de pequeños insectos que viven sobre las hojas o en los troncos de los árboles. Es de color amarillo o amarillo amarronado, pero lo más llamativo es que en la parte ventral de las piernas y patas el color es rojo escarlata, de hecho es una de las diferencias más claras que tiene con el resto de especies de su género”, precisa Chávez.

El científico señaló en entrevista con Mongabay Latam que existen amenazas contra esta especie. Básicamente, la nueva rana vive en un hábitat muy fragmentado por la deforestación, “la importancia de este sitio es crítica, porque alrededor todos los bosques han sido afectados por actividades agrícolas o el crecimiento demográfico, u otra actividad humana”.


El hábitat de la nueva rana está amenazado por la deforestación y el crecimiento demográfico. Foto: Cortesía de Germán Chávez.


Lee aquí el artículo completo


[Foto de portada: Cortesía de Germán Chávez]


¿Te gustó esta nota? Estas te gustarán más.

Organizaciones no gubernamentales y productores de aceite de palma se unen para ayudar a los orangutanes

Familias del río Iriri luchan por conservar sus hogares en el Amazonas

Garantizar la conectividad de los peces de la Amazonía es clave para su conservación