(Mongabay Latam / Rachel Fritts) Saber dónde se está produciendo una deforestación resulta clave para focalizar los esfuerzos en pararla o ralentizarla. En años anteriores, se han llevado a cabo importantes avances con este objetivo. Las ONG han utilizado el potencial de los satélites para vigilar e identificar la pérdida de la cubierta de los bosques por todo el mundo. Ahora, un nuevo estudio facilita más información sobre la pérdida de bosques, determinando las causas primarias de deforestación por todo el mundo.

En 2014 el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y sus socios lanzaron una plataforma online para ayudar a los gobiernos, a las compañías y a las ONG a combatir la deforestación a escala mundial. Al contar con la ventaja de los últimos satélites y de las tecnologías de la nube, la plataforma, llamada Global Forest Watch controla los bosques de todo el mundo casi en tiempo real, proporcionando herramientas, datos y mapas para seguir la pérdida de bosques.

Pero no todas las causas —o “factores”— de la pérdida de bosques son equivalentes en términos de impacto, algunas son más destructivas, más permanentes o se pueden evitar con mayor facilidad que otras. Conversiones de bosques de grandes dimensiones para fines agrícolas como el cultivo de productos como el aceite de palma y caucho tienden a ser más perjudiciales que la tala ocasional o los incendios forestales.

El estudio mostró que talar los bosques para plantaciones de aceite de palma como se muestra en la imagen superior en Malasia, fue la causa principal de deforestación en Indonesia y Malasia entre 2001 y 2015.

“Saber si un bosque se ha perdido de forma permanente para un nuevo uso de la tierra, como la agricultura, o si se espera que se regenere con el paso del tiempo, tiene unas implicaciones importantes para la mejora de nuestra comprensión sobre el papel que tienen los bosques de todo el mundo a la hora de influir en el presupuesto de carbono global”, afirma Nancy Harris, directora de Investigación en Global Forest Watch. “Los bosques pueden ser fuentes netas o sumideros netos de carbono atmosférico dependiendo de cómo los manejemos”.

Sin embargo, la tecnología por satélite tras las plataformas de control de bosques es incapaz de discernir los factores subyacentes de la pérdida de la cubierta forestal. Global Forest Watch, por ejemplo, visualiza esto con manchas rosas que atraviesan los continentes y se vuelven más densas especialmente en lugares como Brasil, Malasia e Indonesia.

No obstante, un nuevo estudio intenta actualizar esta vista esencialmente monocromática de la pérdida de cubierta al identificar los principales factores de la deforestación a nivel regional. Sus resultados se publicaron en Science, y se pueden visualizar en Global Forest Watch.

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Un equipo de investigadores de WRI, del Consorcio de Sostenibilidad, y de la Universidad de Maryland desarrollaron este nuevo mapa contrastando miles de imágenes de satélite en Google Earth para crear un modelo predictivo. Utilizaron este modelo para determinar el factor más dominante de la pérdida de bosques en un área de 10 kilómetros cuadrados entre el 2001 y 2015.

En general, descubrieron que un 27 por ciento de la pérdida forestal total —50 000 kilómetros cuadrados al año— viene provocado por una deforestación permanente impulsada por las materias primas. En otras palabras, un área de bosque del tamaño de una cuarta parte de la India se taló para cultivar productos agrícolas durante 15 años.

Harris, coautora de este estudio afirma que “cientos de compañías se han comprometido públicamente a producir y extraer bienes mundiales como el aceite de palma, la soya, la carne de vacuno y el oro de forma sostenible. Por primera vez, podemos cuantificar qué cantidad de cubierta forestal perdida se debe a la producción de materias primas y evaluar el progreso colectivo de las compañías en el cumplimiento de sus compromisos. Nuestros resultados muestran que queda mucho por hacer”.

El siguiente factor importante de pérdida de bosque por todo el mundo es la silvicultura con un 26 %; los incendios forestales y la agricultura itinerante suponen un 23 % y un 24 % respectivamente. El estudio muestra que menos de un 1 % de pérdida global de bosques se podía atribuir a la urbanización, y había otro 1 % causado por factores distintos de los cuatro principales.

“Se crean concepciones erróneas de que la urbanización es un factor directo significativo para las tasas de deforestación global porque provoca un cambio en el paisaje al que las poblaciones, por definición, están altamente expuestas. Nuestros resultados demuestran que la urbanización es solo un factor de muy poca relevancia en la pérdida de cubierta forestal a nivel global, lo que puede resultar sorprendente para algunos”, afirmó Harris.

El estudio indica que la deforestación derivada de la producción de bienes se concentra principalmente en América Latina y Sudeste asiático. En América Latina, el cultivo en hileras y la ganadería resultaron los principales factores de pérdida de cubierta forestal, mientras que el cultivo del aceite de palma es la causa principal en Malasia e Indonesia. Los autores del estudio explican que sus resultados indican que esos lugares se deberían considerar como lugares clave para eliminar la deforestación de las cadenas de suministro y desarrollar políticas diseñadas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la deforestación.

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Los bosques no son solo importantes para la vida silvestre, sino que también son almacenes importantes de carbono y figuran de manera notable en esfuerzos multinacionales importantes para combatir el calentamiento global.

“La conservación, recuperación y mejora de gestión de los bosques tropicales, manglares y turberas ayudarían con una cuarta parta de las acciones de mitigación rentables que hay que llevar a cabo para 2030 para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global en dos grados”, comentó Harris.

El estudio reveló que la deforestación impulsada por las materias primas permaneció constante a lo largo de los 15 años de estudio, lo que los autores dicen indica que los acuerdos corporativos de deforestación cero no están funcionando en muchos lugares.

“A pesar de los compromisos de las empresas, la tasa de deforestación derivada de los productos no ha disminuido”, según describen los investigadores en su estudio. “Para acabar con la deforestación, las compañías deben eliminar 5 millones de hectáreas de conversión de las cadenas de suministro cada año”.

Los autores del estudio explican que aunque los incendios forestales, la agricultura itinerante y la silvicultura permiten técnicamente la regeneración del bosque, podría hacerse otro un estudio que facilitara una comprensión más detallada de los impactos de estos factores. Por ejemplo, dicen que agricultura itinerante en Perú suele gestionarse bien, mientras que este tipo de pérdida de bosque en África subsahariana podría derivar en más daños a largo plazo. Entender en qué puntos la agricultura itinerante tiene un papel más grande en la degradación de los bosques podría resultar importante para las empresas que compran sus productos a pequeños agricultores, explican.

Los investigadores esperan que sus descubrimientos ayuden a confeccionar una mayor responsabilidad y transparencia en las cadenas de suministro mundiales. Ahora, dicen, casi 450 compañías que han fijado sus objetivos en eliminar la deforestación de las cadenas de suministro tienen un mapa claro de las áreas prioritarias para la certificación y trazabilidad.

“El análisis deja patente lo que ya sabíamos: que las causas de la pérdida de cubierta forestal varían significantemente por todo el mundo”, dijeron los autores en unas declaraciones. “Esta información nueva permitirá a las compañías, gobiernos y ciudadanos concienciados a detectar dónde se tienen que centrar los esfuerzos para que no haya deforestación en las cadenas de suministro y a identificar y actuar en los lugares donde otros factores causen un incremento de pérdida de cubierta forestal indeseada”.

El artículo original fue publicado en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.

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